RELATOS DEL RECEPCIONISTA CAPITULO IV

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Queridos bloger@s

Todos los días por la mañana, apenas amanece tiene lugar un acontecimiento digno de contar.

La carrera hacia las hamacas:

Es un evento deportivo de libre participación que acontece en los Hoteles. El objetivo no es otro que hacerse con una de las preciadas hamacas que hay en la piscina del hotel.

Para aquellos clientes sin experiencia en este tipo de competición las consecuencias pueden ser desalentadoras, ya que pueden quedarse sin tumbonas durante sus vacaciones.

Los participantes madrugan bastante, se preparan psicológicamente y se agrupan detrás de la cuerda que protege este objeto tan ansiado. Las posturas que utilizan son de pura olimpiada.

Las normas no están escritas en ninguna parte, pero la competición existe, aún habiendo información en todos los idiomas donde se avisa que está prohibido reservar hamacas si no van a ser usadas, pero esto a nuestros turistas adictos al sol no les importa ya que es un acto tolerado por las direcciones de los hoteles para evitar quejas y protestas, puesto que 300 hamacas no son suficientes para 800 clientes.

Es un momento muy teatral y objetivo de las cámaras mas curiosas que registran para la posteridad como somos capaces de no descansar plácidamente en nuestras habitaciones, disfrutando del amanecer desde la terraza, por no quedarte colgado y con cara de tonto con la toalla colgando del hombro dando vueltas como un gilipollas por toda la piscina buscando un rinconcito al menos,donde estirar tu cuerpo serrano junto a tu acompañante.

Cuando el piscinero se acerca para quitar los cierres que amarran las pretendidas piezas objeto de los mayores deseos, se preparan los participantes para la carrera, ya cada uno sabe que no solo es importante hacerse con una o dos o cuatro hamacas, sino también ocupar el lugar mas estratégico del solarium.

Como la zona acaba de ser limpiada para que estos fierecillas puedan volver a pringarla durante el día que apenas acaba de empezar y en consecuencia está mojada,  hay peligro de que alguno de los participantes ante tanta emoción se peguen un resbalón, es muy probable que aparte de codazos, empujones e insultos en todos los idiomas que se concentran alrededor de la piscina, haya de vez en cuando alguna trifulca.

Dicho acto dura no mas de 10 minutos, trás los cuales la piscina se vuelve a quedar desierta, eso sí con todas las hamacas ocupadas por toallas pero ni un solo individuo sobre ellas.

El siguiente paso es ir al restaurante a engullir un desayuno porque tal vez se acabe hoy el mundo o eso parece cuando les ves la cantidad de comida con que se atiborran los platos.

Esto te puede hacer reflexionar de diferentes maneras, pero eso os lo voy a dejar a vosotros, ya que a mí solo me indica que somos unos desagallados y que el significado y la escencia de la palabra "vacaciónes"  ha caído en el olvido y es el más bajo de nuestros instintos animales el que prevalece como si fuese un día de la posguerra.

Por cierto, corre tú también porque hoy hace un día espléndido. No te vayas a quedar sin hamaca.

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