March 2011 Archives

relatos del recepcionista. capitulo III

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Hola a tod@s,

De vuelta en casa y con mono de escribir los sucesos del día en mi maravilloso Hotel.

Esta mañana llegué antes de las 9, que es mi hora de comienzo, después de desayunar un bocata de tortilla y un café con leche en un bareto que se encuentra en la carretera que me conduce a la zona turística , cuyo nombre prefiero todavía obviar, donde se ubica el Hotel que diariamente consume  tres cuartas partes de mis días,o más...

Mi intención era avanzar en algunas tareas y así disponer de una mañana con más tiempo para los imprevistos, que siempre los hay.

Al llegar, ya me esperaba mi compañera Raniya ( nombre ficticio), que endosada en el uniforme, que no le sienta muy bien que se diga, aunque cierto es que ¿ a quién coño le sienta bien un uniforme de hostelería?, bueno las que están de muy buen ver les sienta bién cualquier cosa, pero ese no es el caso de ella.

Pues como decía, al llegar y sentarme en mi mesa, se me abalanzó como un felino que espera que su presa asome en la llanura y zas!!

-buenos días chicas - dije con mi super amabilidad ( que pasteloso suena)

- hola- contestaron a dúo

- ¿que tal todo, alguna novedad? - la felina de Raniya esperaba pacientemente mi pregunta para caer sobre mí y empezar a quejarse de los errores de la asignación de habitaciones que el turno de la tarde de ayer (en el que Yo había trabajado), había cometido y eran la causa de que llevase mas de una hora reparando los fallos.

Esto os importará poco tal vez, pero me molesta un montón que alguién me hable con un tono de reparadora de errores o de " ya llegué yo y arreglé el mundo".

Interesándome por su visión catastrofista de la situación, le pedí que fuese mas explícita con el fín de no cortarnos las venas allí mismo.

En realidad ( como casi siempre), al desmenuzar los ingredientes de su malestar descubrí un montón de agobio sin sentido, ya que todo el problemón que le hizo expresarse como si hubiese tenido que subir una montaña descalza y su tono de " ves, es que otra vez me toca solucionar loos problemas de este planeta"

Pero eso no fue nada en comparación con las dos parejas de austriacos que pagando habitaciones de tipò básicas pretendían hospedarse en las más caras sin para ello pagar el extra que está estipulado.

Después de hablar con el Tour Operador, éste aceptó cambiar el tipo de habitacíon de sus clientes y así zanjar un problema que se estaba agrandando y prometía traer cola.

los clientes "que habían viajado por todo el mundo", frase que te sueltan un montón de turistas cuando hay algo en el Hotel que no les agrada y quieren enfatizar que algo así jamás les ha pasado durante sus otos viajes  de Willie Fog.

En fín, nada del otro mundo, nada que no suceda cada dos por tres.

Recibimos clientes muy experimentados en el "toca las pelotas que conseguirás lo que deseas".

Pero no siempre les funciona aunque no dejan de intentarlo.

capitulo 2 " adorable viernes en el Hotel"

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Hola queridos f@ns de mi blog,

Mi llegada al Hotel hoy ha sido un tanto movidita, os cuento el motivo.

Sirva de introducción deciros que los viernes tienen fama de ser muy ajetreados, ya que es uno de los días de mayor número de entradas de clientes.

Empezé mi turno de tarde con la energía que me caracteriza y las ganas de siempre, al entrar ya me cercioré de que en la recepción había bastante jaleo, así que que entré a la oficina, me puse mi corbata y me enfundé la chaqueta para a continuación salir a la arena del circo, que es una manera muy poética de llamar a mi lugar de trabajo. Y es que a veces lidiar con los clientes de mi Hotel es peor  que ser abandonado ante los leones o que tener que luchar a vida o muerte con un corpulento gladiador en tiempos de Roma.

Con el resto de compañeros en plena actividad, solté al aire los saludos cordiales que no deben nunca de faltar y con mi mejor sonrisa, sin precalentar ni nada por el estilo, me volqué en el mostrador y me dispuse a dar la bienvenida a una pareja de señores que esperaban ser atendidos y  resultaron ser británicos, bueno para ser más exactos de Dublín, osea irlandeses.

Portaban un par de maletas y en sus caras el reflejo de la satisfacción que produce el  por fín haber llegado a su destino.

 Como formalidad les pedí los pasaportes y les invité a tomar asiento en uno de los sillones del Hall, no sin antes ofrecerles una copa de cava de bienvenida la cual aceptaron gustosamente.

Hasta ahí todo bién.

El problema empezó cuando no encuentro los nombres en nuestro listado de llegadas, joder, los primeros clientes del viernes y no los tengo en el listado.

Esos son uno de los típicos momentos donde te dices a tí mismo " vaya mierda de comienzo de turno", con mi agilidad característica encontré su reserva pero con una nota en  la observación que decía  que teníamos que desviarlos a otro de nuestros Hoteles que está situado a 5 kilometros del mío.

El motivo, la palabra que nunca puedes pronunciar en esta profesión OVER-BOOKING.

Me armé de valor y salí hacia ellos para coloquialmente " venderles la moto".

Me presenté y comenzé a tantearles para ver de que manera podía comunicarles que después de 7 horas de viaje o más, cuando ya se veían dejando su equipaje para a continuación dirigirse a disfrutar de un baño en la piscina, con un sol muy agradable que iluminaba el cielo, su periplo todavía no había acabado y aún no habían llegado a la meta.

40 minutos. Sí , sí, cuarenta minutos me costó convencerles. Normalmete en cinco los convenzo, pero hoy...............40 minutos. 

El señor no quería entender las razones que yo le daba y no le interesaba el que yo le estuviese proponiendo disfrutar sus vacaciones en un Hotel que cuesta el doble de lo que habían pagado para visitarnos a nosotros.

Ellos querían el que habían reservado y ningún otro.

Joder parecía que lo hacían para fastidiarme, por un momento pensé en cogerles las maletas, llamar a un taxi y meterlos dentro, cerrar las puertas con el seguro y darle al taxista la dirección para hacerles desaparcer y así poder empezar mi turno como Dios manda.

No había santa manera de moverlos , por último les tuve que escribir mi nombre en una tarjeta y bajo juramento conseguí convencerles de que si no les gustaba lo que les ofrecía, mañana que trabajo por la mañana les volvería a conseguir habitación con nosotros, no sin antes haberles repetido en diez ocasiones que les entendía perfectamnet pero no teníamos habitaciones para ellos y todo sin nombrar la palabra prohibida, la verdad es que es como si  sutilmente les llamase jilipollas.

La verdad es que ellos solo querían disfrutar de lo que habían pagado y punto.

Bueno conseguida mi victoria en el último asalto y por los pelos, volví a entrar en la recepción y para colmo, los genios del departamento de administración, que habían ido a hacer una auditoría, bloquearon la caja fuerte.

Os lo podéis creer?

Sólo llevo 45 minutos en el trabajo y ya me quiero ir para mi casa.

Finalmente todo quedó en una anécdota y se pudo seguir trabajando con normalidad, bueno, con la normalidad que caracteriza los Santos Viernes que no paras ni por un momento.

Para acabar el turno, faltando diez minutos para salir por la puerta, unos italianos me avisan de que la habitación que está junto a la suya está la puerta totalmente abierta y hay toallas por el suelo y una bolsa abierta.

"No me jodas que nos han robado a un cliente", pensé yo.

Pero por fortuna era una habitación que hasta hoy había estado ocupada y los clientes que pagaron extra para abandonarla mas tarde cuando se fueron la dejaron totalmente abierta , no sé si pensarían volver después.Yo tendré que volver mañana. 

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Hola a tod@s,

empiezo mi aventura blogera con la intención de haceros llegar de la forma más sincera, real y amena posible, las mil y una historias que me suceden durante el desempeño de mi trabajo, o llamemosle profesión o quizás dedicación o función o llámenle como quieran.

trabajo en un Hotel, bueno es mas correcto decir que me dedico a esto desde hace ya la friolera de 20 años, pude ser astronauta, pero las alturas me dan vértigo.

como sé que los comienzos son dificiles y no dispongo de ningún diario de donde sacar anécdotas pasadas, me voy a limitar a empezar por ayer mismo aprovechando que todavía lo retengo en mi memoria, por otra parte desgastada de tanto frenesí.

Debo puntualizar que a penas he vuelto de 9 días de vacaciones, cortas como siempre.

Pero dejemos de lado tanto protocolo y empezemos el relato.

Hora 9:00

 Sólo llegar a mi puesto de trabajo, que es la recepción principal del Hotel, tengo que ponerme al día de lo acontecido durante la jornada de ayer, para ello, como ya saben los colegas de esta querida profesión, me dispongo a leer el libro de novedades y bueno, no parece que el día encierre muchas tareas complicadas.

Pero eso es solo un espejismo. Sin a penas tiempo de terminar mi lectura de ese libro de gran valor literario llamado Libro de Novedades, hay una pareja de clientes italianos, lo se por como van vestidos, sobre todo ella que lleva una pamela que no hace juego ni con el decorado de la recepción que desafortunadamente dispone de una gran variedad de tonos para poder cazar algún destello de simbiosis con el entorno,que me observan y noto que se quieren dirigir a mí, así que alzo la cabeza y les dirigo la mirada dándoles a entender que por favor aguarden a que termine de leer las novedades para empezar el día como dios manda, así que solo cerrar el libro oigo la voz de ella.

- buon giorno ( buenos días)

no os lo he dicho pero hablo idiomas, lógico , si no que pinto en una recepción de Hotel.

- buenos días señores- contesto amablemente

- es ud el Sr García? -

cuando  preguntan por mi nombre es que algo quieren.

- si, diganme ¿en que les puedo ayudar?

esa pregunta es abrir la veda a una posible ristra de peticiones que me pueden comprometer, pero es de guión obligado el preguntar lo que quieren.

los señores que tendrán entorno a los 50 años, se les vé con cara de : "ahora te vas a enterar"

y asi fué

Me soltaron una lista de problemas que estaban sufriendo desde su llegada el pasado martes y ahí estaba yo para solucionarlos.

Me puse mi capa de superhéroe y me propuse contra viento y marea satisfacerles sus peticiones, dentro de lo posible, ya que mi capa es de 4 estrellas y milagros no puedo hacer, aunque a veces los he hecho.

Como eran mis primeros clientes de la jornada y como quería tener un apetecible, aunque atareado día de trabajo, me puse manos a la obra y en un plis plas les dí solución a sus problemas, pero solo a los referidos a su estancia en el Hotel y no a los personales que  se les notaba que los tenían y que  también necesitaban de ayuda.

y es que en un Hotel que nunca cierra y ubicado en zona turística os podéis imaginar o mejor dicho, no os podéis ni imaginar los personajes que nos visitan, con el fín de disfrutar de una estancia inolvidable en uno de nuestros puntos turísticos de gran encanto como el mío que por ahora prefiero no desvelar.

 

 

 

 

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